Bélgica: el país del chocolate y la cerveza

Bélgica es uno de los países más pequeños de Europa, sin embargo, se conforma como una de las potencias económicas principales de la Unión Europea con capital en Bruselas. Miles de turistas pasan por sus míticas ciudades cada año. A pesar de su clima frío, el turismo es una de las fuentes principales de este país que se ubica entre las fronteras de Francia, Alemania y Holanda. De ahí su influencia lingüística, que provoca que convivan varias lenguas en el mismo territorio entre ciudadanos nativos.

La arquitectura es clave en todos sus edificios, en los que destacan el gótico y, sobre todo, el arte barroco, que tienen su máximo exponente en algunos de sus lugares más icónicos, como es la Grand Place de Bruselas, el ayuntamiento o la estación principal de tren de Amberes. Además de los canales que cruzan algunas ciudades como Brujas, conocida como la Venecia del Norte.

Bélgica
Fuente: María Mera para Klein Magazine

En cuanto a gastronomía, este país es el reconocidísimo lugar del chocolate y las cervezas. El chocolate belga es un hito a nivel mundial por la calidad y el sabor tan peculiar que le dan a este dulce de repostería. Miles de tiendecitas dedicadas en exclusiva a vender este manjar de mil y una formas diferentes recorren los centros culturales de todas las ciudades de Bélgica. Sin embargo, si realmente quieres volver del país con el paladar bien agudizado, es primordial que saborees todos los tipos diferentes de cervezas que puedas. Existen más de 1.500 tipos con tonalidades, texturas, y grados de alcohol totalmente diferentes. Una de las cervecerías con más renombre en todo el país se encuentra en la capital. Conocida como Delirium, cuenta hasta con un libro con todas sus cervezas. Lo curioso de este arte, es que cada tipo de cerveza también tiene un vaso o recipiente distinto donde se sirve, por eso, existe un gran interés por coleccionarlos.

Bélgica
Fuente: María Mera para Klein Magazine

Bélgica es un pequeño país en cuanto a extensión pero un territorio con muchísima cultura, por lo que resulta fundamental conocerlo si estás interesado en viajar por Europa. Sin embargo, desde hace un tiempo, también se ha convertido en uno de los países que más jóvenes extranjeros acoge, dándoles sus primeras oportunidades en el mundo laboral.

Aunque es un lugar caro para vivir, los sueldos mensuales están muy acordes con el nivel de vida.  Además,  aquellos jóvenes que cuentan con estudios superiores pueden optar aún a puestos de trabajo acordes a su formación. Pero es cierto, que si procedes de un país cálido, en cuanto a clima, y con una cultura tan diferente como es España, el proceso de adaptación puede ser complicado. Además del idioma y su diversidad de lenguas, como hemos mencionado anteriormente.

Bélgica
Fuente: María Mera para Klein Magazine

Aun así, cada año miles y miles de jóvenes emigran a este país para comenzar su vida laboral y poder trabajar de lo que realmente se han especializado. Como en el caso de Esperanza Albuera, enfermera malagueña que se trasladó a Bélgica a principios de diciembre de 2016 para trabajar en una empresa privada. Desde entonces, vive en Lier y ha conseguido adaptarse perfectamente a la vida de allí. Mientras que algunos jóvenes acaban por quedarse a vivir indefinidamente, otros lo ven como un periodo de sus vidas para ganar puntuación y poder regresar a su país. 

En definitiva, Bélgica, tanto para el turismo como para el trabajo, es un país que lleva años en auge por su buena disposición para que todo tipo de personas extranjeras lo sepan disfrutar y aprovechar. El clima deja de ser una excusa para visitarlo y la cultura y el arte se convierten en uno de sus puntos claves para querer conocerlo o incluso vivirlo durante una larga temporada. Ahora sabemos de primera mano por qué es reconocido como una de las potencias principales de toda Europa.


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