Caras de espanto, sorpresa, aplausos o abucheos en los festivales de Venecia, Toronto e incluso San Sebastián. La última y controvertida película de Darren Aronofsky, madre! ha sido objeto tanto de críticas como de alabanzas. Una producción no apta para públicos sensibles o conformistas, en la que el espectador tiene que esforzarse para intentar comprender lo que ocurre. Con esta película no existen las medias tintas, o la amas o la detestas.
La historia se ubica en una impresionante casa de campo en mitad de la nada en la que residen los protagonistas del film. Ella (Jennifer Lawrence), a la que se refieren como “madre!” en los créditos finales de la película, es una ama de cada que dedica la mayor parte de su tiempo a restaurar la casa. Él (Javier Bardem), un poeta de renombre que se encuentra en pleno bloqueo creativo. Un matrimonio que vive en su propia realidad hasta que repentinamente un desconocido (Ed Harris) llegar al hogar en busca de asilo. Pero no será hasta la llegada de la mujer (Michelle Pfeiffer y los hijos del hombre cuando se desaten una cadena de acontecimientos perturbadores y surrealistas que pondrán a prueba la cordura de la protagonista.
A pesar de que tanto el argumento como el tráiler de la película hagan pensar que estamos ante un film de terror, madre! lleva el inconfundible sello de Darren Aronofsky. Lo que viene a traducirse en que desde el minuto uno nada es casual y ni se debe interpretar al pie de la letra. Durante la primera mitad de la película, el espectador ya comienza a experimentar la intencionalidad del director, que consiste en crear una cierta incomodidad y frustración en el público a través de diferentes interrogantes: ¿qué es lo que late en la casa? ¿Qué es el cristal que guarda ÉL con tanto aprecio en su estudio? ¿Qué es el líquido dorado que toma ella? Una tensión in crescendo que se refleja perfectamente en la grabación y montaje del film, con el uso de planos muy cortos que van desde su hombro y el frontal, hasta un plano que muestra la perspectiva de la protagonista, además del incremento de los ruidos domésticos y la ausencia de música ambiental.
Si bien madre! destaca por ser una producción abierta a todo tipo de interpretaciones, también predomina por las actuaciones de sus dos protagonistas. Lawrence y Bardem brillan en cada uno de sus escenas, se adaptan a las necesidades de los personajes de madre!, e interiorizan los roles de sus personajes según el guión de Aronofsky, aportando cada uno su particular matiz de locura.
Obra maestra o esperpento, lo que sí queda claro es que madre! no ha dejado indiferente a nadie, y ha provocado que todos tipo de espectadores se pronuncien y compartan experiencias, sensaciones y puntos de vista sobre la película, ya fuesen positivas o negativas. Al fin y al cabo, no importa si hablan bien o mal de ti, lo importante es que hablen, y en el caso de este largometraje, las críticas ya la han convertido en una de las películas del año.
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