Para celebrar el Día del Libro que mejor que comprar, regalar y recibir libros. Fomentar la lectura siempre es arte y no necesariamente hace falta esperar a un día especial. Hoy lo hago en la compañía de Antonio Manzanera, cuyo libro, El informe Müller, fue considerado el mejor thriller histórico del año por El Cultural y La Razón. Así que ya puestos a celebrar, ¡leámos pues!
Hay un tipo de género literario en auge en España en los últimos años y del cual soy consumidora: la novela negra. La primera vez que leí género negro, cayó en mis manos El halcón Maltés de D. Hammett. Este género literario surge en Estados Unidos en los años 20 y tiene como característica principal la comisión de un delito, y como consecuencia, el enfrentamiento entre agentes de justicia y criminales. La novela negra retrata situaciones pero no propone soluciones.
De acuerdo a sus orígenes temporales y espaciales, la novela negra tenía como principales protagonistas a detectives y gánsters, en el contexto de la Gran Depresión y la ley seca, en un ambiente sórdido, oscuro y urbano donde la violencia es una constante. Dashiell Hammet, Patricia Higsmith, Raymond Chandler o Carrol John Daly, fueron unos de los primeros representantes en EEUU. Este género se extendió a Europa y encontró el caldo de cultivo perfecto en los fríos, oscuros y helados países nórdicos. De allí salieron autores como Stieg Larsson, Jo Nesbo, Lasckberg, Yrsa Sigurdardóttir, Henning Mankell, Arnaldur Indridason.
Todos ellos han pasado por mis manos y han ocupado horas de sofá y manta. O de horas de insomnio. En España también se había cultivado también este género con autores como Juan Madrid, Carlos Pérez Merinero, Francisco González Ledesma, Manuel Vázquez Montalbán, entre otros. Pero el gran hallazgo y sorpresa ha sido la última novela de Antonio Manzanera (Murcia, 1974). Este autor, economista de profesión y apasionado del emprendimiento, publicó tras su regreso a España novelas como El informe Müller (2013), La suave superficie de la culata (2013), La tercera versión (2014) y Nuestra parte del trato (2015). Así como una continuación de su manual sobre emprendimiento titulada Los diez mandamientos del emprendedor. Ahora continua su aventura novelística con El asesino del acantilado (2017), de la mano de Ediciones B.
Los Ángeles, 1984. Al detective privado Cheney Moore no le sobran los clientes, así que cuando Charlie Wilson llama a su puerta, no rechaza su encargo aunque le sobrarían motivos para hacerlo. Wilson es el taxista de la cárcel de Oldstock, el hombre que se ocupa de recoger a los presos que son puestos en libertad. Cuando uno de sus «clientes» es asesinado el mismo día en que sale de la prisión, Wilson recurre a Moore con una extraña petición: ¿podrá ayudarlo a encontrar los tres millones de dólares que robó el muerto y que nunca aparecieron?
Así arranca esta monumental novela negra ambientada en Los Ángeles entre 1977 y 1984. Una trama poliédrica y llena de ritmo que combina un dominio del género que recuerda a Raymond Chandler con el universo de True Detective.
Tras cosechar el aplauso de la crítica y los lectores con sus libros anteriores, Antonio Manzanera se sumerge ahora en la esencia más pura del género negro.
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