En 2017, Meryl Streep subió al escenario a recoger su Globo de Oro por la película Los archivos del Pentágono y pronunció una de esas frases que se te quedan clavadas en el alma: “Coge tu corazón roto y conviértelo en arte”. Y así lo hizo Coraima Mengíbar en un etapa complicada emocionalmente durante la cuarentena. Profundizó en todos esos sentimientos y pensamientos y los transformó en lo que es ahora su último proyecto audiovisual, Bloom. Un fashion film producido por índigo en el que la creativa hace un ejercicio de introspección personal que tiene como finalidad la búsqueda de su verdadero ser, y en el que ha experimentado por primera vez con el 3D Makeup aplicado al vídeo. Una producción audiovisual que esconde referencias visuales del cine, la moda y la música. ¡Sigue leyendo para descubrir los secretos de Bloom!
Desde Dior y Gucci a Drake y SZA
Como en cualquier proyecto audiovisual, nada de lo que vemos en pantalla es casual. Y en el caso de Bloom, cada encuadre, color de la imagen y posición de los personajes nos dan información sobre la historia y la estética del proyecto. Una historia contada en tres actos en los que podemos apreciar el conjunto de referencias visuales que destila este fashion film. Desde referentes cinematográficos como la ganadora del Oscar, Moonlight, hasta videoclips icónicos del hip hop y el R&B como Take Care de Drake y Love Galore de SZA. Como explica su directora, «en Bloom quería plasmar mis gustos musicales. Mezclar el R&B más cercano de los jóvenes con lo más cinematográfico».
A pesar de su estética minimalista, Bloom supone un paso más allá en la creación audiovisual de la realizadora, ya que experimenta por primera vez con una de las últimas tendencias en efectos VFX, el 3D Makeup, de la mano de la artista visual Aitana Basquiat. Un trabajo prácticamente artesanal que ha durado más de seis meses en los que la artista y la directora han creado cada flor, pétalo y hoja tomando como punto de partida la estética visual de marcas de moda como Dior.
«Últimamente estoy intentado encontrar inspiración en objetos que de normal vemos para descontextualizarlos y comunicar algo distinto. Y en el momento de idear Bloom, intenté saber cómo sería yo si estuviese en mi estado natural, que irradiara luz y estuviese bien emocionalmente. Y esa sensación la lleve a las flores, porque me parecía el elemento más sutil para expresar esa idea».
Una BSO a la altura de las imágenes
Esa fusión entre lo urbano y lo clásico no solo se aprecia en lo visual sino también en el plano sonoro de Bloom, gracias a la producción musical del artista Vlack Motor. Tomando como referencia la base del tema Come and See Me del rapero PartyNextDoor, el productor consigue llevarnos de una atmosfera de tensión e incertidumbre marcada por una melodía de puro R&B hasta el clímax final con el florecer de la protagonista, al que acompaña una melodía de corte mucho más cinematográfico, inspirada en las obras de los compositores Max Ritcher (Shutter Island) y Hans Zimmer (Origen), que se puede apreciar incluso en los créditos finales del fashion film.
Talento emergente de norte a sur
Tal y como explica su creadora, «Bloom es un proyecto personal que surge de la pasión por crear», y en esta nueva aventura audiovisual Coraima no ha estado sola. Detrás de Bloom se encuentra un equipo formado por una veintena de profesionales de diferentes campos de lo audiovisual, desde el videoclip y el cine hasta la publicidad, procedentes de Madrid y Málaga. Un proyecto que ha unido el talento joven del norte y del sur sin perder ni una mijilla de su ADN malagueño, y que demuestra que hay vida más allá de las superproducciones de Netflix en la capital.
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