Girls

Girls llega a su fin tras conquistar a crítica y televisión

Si tuviera que resumir la serie Girls en una palabra sería “real” o “haters”. Su creadora, Lena Dunham, partió de su propia experiencia para dar forma a los conflictos personales de Hannah, Marnie, Shoshannah y Jessa, cuatro veinteañeras de Nueva York. Con la convicción de que no hay mejor argumento que la realidad, Dunham se plantó delante de los ejecutivos de HBO con el propósito de convertirse en la primera mujer al frente de una producción en la plataforma. Tras seis temporadas, Girls se despide de la pequeña pantalla después de revolucionar el panorama seriéfilo de la televisión para millenials.

La serie no quiere, ni pretende, agradar al público. De hecho, se ha convertido en una de las producciones que más ha sufrido el hate-watching, la práctica de ver una serie solo por el placer de criticarla. Este fenómeno se dio sobre todo en las tres primeras temporadas, donde el personaje de Hannah (Lena Dunham), o más bien sus desnudos, acaparaban casi la totalidad de los 25 o 30 minutos que duran los capítulos. Sin embargo, con la evolución de cada temporada, esos haters han acabado adorando las peculiaridades de sus protagonistas y captando los mensajes de cada capítulo.

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Si bien Girls brilla por todas las dosis de realidad que ofrece al espectador, resulta un poco difusa en cuanto a su retrato de los millenials. Hannah se presenta como “la voz de su generación”: jóvenes formados y con altas expectativas, que se dan de bruces con la crisis económica y la falta de oportunidades laborales. Hasta aquí todo correcto, pero resulta complicado empatizar con ellas si tenemos en cuenta que viven gracias al alquiler y el mantenimiento que pagan mamá y papá para que cumplan su sueño. Sin embargo, las experiencias de cada capítulo han sabido poner a sus protagonistas en su lugar. De chicas malcriadas y egocéntricas a mujeres a punto de alcanzar la madurez.

Lo que más destaca de la serie es sin duda su discurso feminista y su representación del sexo. Girls retrata a mujeres normales, alejadas de los cánones a los que nos tiene acostumbrados la televisión. Mujeres que no temen mostrar sus cuerpos sin filtros y que no dudan en defender quiénes son y qué quieren hacer con su vida, incluso si cometen un error. Porque todos tenemos derecho a equivocarnos. También el sexo es un elemento potente en la serie. Pero el sexo real: a veces torpe, insatisfactorio y no tan erótico como lo pintan.

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Fuente: HBO

La quinta y sexta temporada han sido lo mejor de la serie, destacando sobre todo su bottle episode, American Bitch. Un capítulo sin relación con la trama de la serie en el que entran a debate temas como la presunción de inocencia, el acoso sexual o la difamación en la red. En estos últimos episodios hemos podido ver a sus protagonistas hundirse en la miseria para después levantarse con una lección aprendida. Hannah, Marnie, Shoshanna y Jessa han evolucionado hasta superar sus defectos, y aunque el final no ha sido el que nos hubiera gustado, es el que debía ser.

Hasta siempre, Girls.


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