Hoy 8 de junio se conmemora el 150 aniversario del nacimiento de Frank Lloyd Wright, uno de los arquitectos más brillantes e influyentes de Estados Unidos. Y no es para menos, sus obras icónicas han marcado con bastante fuerza su impronta a la hora de entender la arquitectura contemporánea.
Sin duda se caracterizaba por su gran capacidad de creación, llegando incluso a construir más de 500 proyectos, aunque alguno que otro se ha quedado en los bocetos. Pero, sobre todo, lo que destaca de Frank Lloyd Wright es su delicadeza en los diseños y la armonía que desprenden el entorno y la naturaleza, la cual tomaba como referente para enviar un mensaje de conciliación en el que su obra debía dialogar con lo natural, evitando ser invasiva.
La increíble modernidad , elegancia y sencillez, se dan la mano en sus obras, donde las amplias líneas horizontales, el cristal, formas orgánicas y naturales, dialogan con el espacio, expandiéndose desde el interior hacia el exterior. Frank Lloyd Wright buscaba el orden a partir del caos, y sin duda, caos es lo que menos se percibe en su obra.
Recordando sus diseños más reconocidos, nos unimos a éste año de reconocimiento, en el cual el museo MoMA de Nueva York le dedicará una exposición que repasa toda su carrera, exhibiendo bocetos, maquetas, fotografías, vídeos, etc. De esta manera, se vuelve a poner en valor, más si cabe, sus legado arquitectónico. Unas creaciones que, a día de hoy siguen, influyendo en las edificaciones y en el concepto de arquitectura.
La Casa de la Cascada.
Museo Guggenheim de Nueva York.
Tailesin West.
Robbie House.
Con éstos ejemplos, se confirma la máxima del artista, como él diría:
«Ninguna casa debería estar nunca sobre una colina ni sobre nada. Debería ser de la colina. Perteneciente a ella. Colina y casa deberían vivir juntas, cada una feliz de la otra.»
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