Piper, recientemente premiado como mejor cortometraje de animación en la 89ª edición de los premios Óscars.
Éste corto de la factoría Disney Pixar dirigido y guionizado por Alan Barillaro, formó parte del pase previo de Buscando a Dory. Además, cuenta con la música original de Adrian Belew y la producción de Marc Sondheimer.
Versa sobre cómo un correlimos tridáctilo, un pajarito, para alimentarse de las conchas de la orilla del mar debe enfrentar su miedo a las olas.
Inicialmente el corto surgió para ayudar a diseñar una herramienta de animación que proporcionaría una mayor flexibilidad creativa para el proceso de creación en el estudio. El equipo de desarrollo de software de Pixar creó una breve prueba de animación sobre un pajarito en la playa. Ésta prueba de animación pronto se convirtió en un cortometraje completo, Piper.
Es una bonita historia, tanto visual como narrativa, sobre superar miedos. Salir de la zona de confort que nos limita y nos impide ver más allá del horizonte que nos imponemos. Los avances técnicos aportan una calidad visual añadida al resultado final. Los granos de la arena o la espuma del mar están dibujados con gusto y gran calidad.
Además vuelve a incidir sobre la importancia del cortometraje como un producto a reivindicar y a tener en consideración. En seis minutos nos mueve emocionalmente entre sentimientos de alegría, expectación e incluso consigue sacarte una sonrisa o una carcajada.
En pocas palabras, Piper es un ameno y simpático cortometraje que destaca por el aspecto visual, narrativo y estético. Por todo ello, su logro de haber conseguido el Oscar a mejor corto de animación frente a otros como Blind Vaysha, Borrowed Time, Pear Cider and Cigarettes y Pearl.
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