Una de las ventajas de entrevistar a artistas jóvenes es que no tienen filtros. Siempre están dispuestos a hablar de todo tipo de temas con una visión abierta y global, y encima “si hay alguna pregunta comprometida, mejor”, como defiende Javier, más conocido en el mundo artístico como Macsvary. Un joven de Puerto Lumbreras (Murcia), que comenzó a interesarse en el arte, y más concretamente en el dibujo, gracias a la televisión: “recuerdo un programa de televisión en el que aparecía un hombre explicando cómo dibujar manga, y fue a partir de entonces cuando me empecé a interesar por el manga y todo lo relacionado con él”.
Con 11 años ya estaba dibujando, y aunque en su familia nadie llegó a interesarse por el arte, lo apoyaron desde el primer momento: “ mi padre siempre venía al estudio cuando estaba pintando y se acercaba a preguntar cómo llevaba la obra”. Con el paso de los años, su afición pasó a convertirse en un camino a seguir, y se trasladó a Granada para poder estudiar Bellas Artes. La clave de Macsvary, y de la mayoría de artistas millenials: Internet. Un canal de difusión imprescindible en la actualidad, pero también un proveedor de contenidos mundial que permite a jóvenes como Javier investigar la realidad que le rodea e intervenirla a través de su visión del arte.
¿Por qué Macsvary? ¿Tiene algún significado?
Mac está relacionado con el uso de las pistolas Mac 10 y el mundo del rap y hip hop en el que se basa mi obra. Aunque mi universo se ha expandido mucho más, y ahora lo veo como un nombre de Internet, que no tiene una ubicación exacta y que no pertenece a ningún sitio.
¿Dónde has desarrollado la mayor parte de tu obra?
La mayor parte de mi obra la he desarrollado en Murcia porque es de donde soy. Pero por suerte hoy en día con Internet da igual donde vivas, ya que la obra la puedes desarrollar en cualquier sitio y puedes tener acceso a tus referentes desde el pueblo más abandonado que imagines.
¿A qué referentes te ha permitido llegar Internet?
A nivel artístico lo que más me interesa es el arte de Takashi Murakami y Jeff Koons. Estos artistas que viven el arte de una manera empresarial. A nivel técnico, la obra de Justin Mortimer me parece interesante. No diría que son mis referentes, pero son artistas que me gustan. En cuanto a fotógrafos me fio bastante de Peter Beste. En la música sin duda el hip hop americano. Antes era más bien americano y ahora escucho bastante trap y rap español, alemán, japonés coreano. Más que de artistas, me gusta coger influencias de la música y traducir eso a lo visual.
En tu obra podemos ver rostros conocidos de la cultura hip hop americana, aunque también algunos personajes de la actualidad con una siniestra sonrisa. Pero sin duda lo que predomina son las chicas asiáticas. ¿Cómo explicas al público esta mezcla de personajes y su relación con las influencias que has comentado?
Elijo bastantes personajes del manga y del anime para configurar mi estética. La cultura pop contemporánea tanto occidental como oriental, hip hop estadounidense y ahora estoy bastante más abierto al trap. Todo el tema de los dinosaurios y tal son objetos o animales que me gusta meter para dar esa estética para asociarlo a mí. No busco dar ningún mensaje. A la gente le gusta darle vueltas a todo y buscar el sentido, yo lo hago a nivel estético. Es lo que me gusta y lo que me apetece hacer.
¿Consideras que has evolucionado en la forma de crear tu obra y la manera de ver el arte de otras personas?
Sí, claro, constantemente. Va todo en función de la madurez que se va adquiriendo con el paso del tiempo y que hace que también tu obra evolucione. Hay muchos artistas que todavía siguen trabajando con esa pintura natural pero hoy en día entiendo que Internet ha cambiado todo y por ejemplo mi obra surge a partir de Internet, porque igual tomo una propuesta de fotos de Internet y las manipulo o las intervengo y las meto en mis composiciones.
El futuro está en Internet, y creo que sin Internet no existiría mi obra porque no tendría acceso a la mitad del contenido que yo recibo, ni podría saber qué está pasando en Japón para yo poder crear mi obra. Lo que tal vez coge la gente de los periódicos, yo lo cojo de Instagram. Es lo mismo, pero actualizas el medio.
El año pasado fuiste uno de los artistas que participó en el programa “Creadores 2017” de La Térmica. ¿Qué oportunidades te brindó este programa?
Lo más importante fue conocer a la gente con la que compartí esos meses, porque te llevas verdaderas amistades. El aprendizaje, por estar en contacto con otros proyectos y tener otros puntos de vistas de lo que tú estás haciendo. Puedes dedicarte por completo a la creación ya que te cubren los gastos de vivienda, comida y dinero para producir los gastos de tu obra. Por lo tanto, es mucho más rápido y me parece una beca bastante buena en ese nivel. Debería haber más así, porque no es excesivamente larga, sino que son cuatro meses. Y da tiempo para desarrollar tu obra y establecer nuevos contactos.
¿Qué crees que vio La Térmica en tu obra para participar en este programa?
Imagino que ofrecer una propuesta actual. El arte muchas veces se queda atrás en comparación con la música que ha evolucionado un montón u otro tipo de disciplinas artísticas. Lo que es la pintura está muy anclada a años atrás y a lo mejor lo que yo hago es más contemporáneo y se relaciona más con hechos que se están dando en el s.XXI.
¿Cuál es esa idea que siempre has querido llevar a cabo?
Quemar la obra. Llevo tiempo queriendo pasar de la pintura a la performance y al final convertir mi obra en una performance en la que yo comienzo a pintar, documento todo el proceso creativo y después destrozo la obra. Llevar a la exposición el vídeo que recoja la performance y después la obra destruida. Pasar de un estado a otro, de la creación a la cremación.
¿Te abres a otros campos como lo audiovisual?
La fotografía y el vídeo me encantan, y ahora también me estoy enfocando en pintar ropa y elevarla a la categoría de arte como si fuese una pieza para museo con la diferencia de que se expone constantemente cada vez que sales a la calle con ella. Ahora entiendo la ropa como un nuevo soporte con el que ir más allá a la hora de presentar mi obra.
¿Consideras que en España hay hueco para tu obra?
Aquí en España lo veo complicado, pero como puedo trabajar para fuera no me preocupa. Todo se mueve a través de Internet y te pueden conocer a través de las redes sociales. Yo se que llegará un momento en el que mi obra llegue. No será aquí pero llegará. En Tokyo funcionaría. O en Seul. O incluso en Nueva York. Y aunque en España está evolucionando bastante, el problema es que falta dinero, porque aunque guste, si no hay dinero y personas que apuesten por ello, es imposible.
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