“Ahora me gustaría preguntarte una cosa”. Después de un rato de charla, los papeles se invierten, y es Pablo Lavado quien nos hace las preguntas. “Vosotras que sois imparciales, ¿cómo habéis visto la película? ¿Veis que tiene calidad?”. El director novel de Al óleo nos escucha atentamente, repregunta y abre el debate sobre la complicada tarea de hacer cine por parte de los jóvenes.
Con 23 años, Pablo se ha hecho hueco con su opera prima en esta edición del Festival de Málaga, en la Sección Oficial fuera de concurso, Málaga Premiere, compartiendo espacio con producciones de titanes como Movistar y Netflix. Sin embargo, Al óleo tiene algo mucho más importante que un gran presupuesto: una historia auténtica. El relato de una familia común que traspasa generaciones y que consigue atrapar al público en un ejercicio de liberación personal para los jóvenes y de deconstrucción para los adultos, que se ha convertido en la sorpresa de esta edición.
Tanto a nivel profesional como personal, ¿ qué significa Al óleo para ti?
Para mí Al óleo es un cambio en mi vida, tanto en lo personal como lo profesional. He tenido que madurar mucho como persona y Pablo en cuanto a filosofía de vida, ideas y artista. No solo es una película. Es como si hubiera sacado una bandera gigante diciendo: “Hay jóvenes haciendo cine, intentando contar historias que son de actualidad y que nos preocupan ahora mismo”.
La película está inspirada en la historia de tu madre si hubiese podido estudiar Bellas Artes. Cuéntanos, ¿ya ha visto la película?
Vio la película el día de la inauguración y me ha dicho: “Pablo, te tengo que decir que has hecho que vuelva a nacer hoy en día”. Y es que con todo el movimiento de la película se ha hecho Instagram, me sigue… Se ha vuelto prácticamente una millennial y me lo ha agradecido. Me ha dicho que ha vuelto a nacer justamente gracias a este proyecto.
¿Se ha visto realmente reflejada en el personaje de María en la película?
Yo creo que sí. Si es verdad que al principio del rodaje fue complicado entrar en la dinámica porque la mayoría de actores vienen del teatro y yo quería una película muy natural, muy real y que hablara de la cotidianidad. Entonces el trabajo con ellos fue complicado, pero cuando veo la película estoy profundamente orgulloso de ellos y creo que reflejan el interior y el alma de los personajes que habíamos escrito.
Tu primera película y entras de lleno en la Sección oficial del Festival de Málaga junto a producciones de gigantes como Movistar y Netflix. ¿Llegaste a sentir miedo por las posibles comparaciones?
Sí, sobre todo al principio cuando nos llegó el e-mail de confirmación del Festival. Pero es verdad que he tenido muy presente al productor ejecutivo de la película, Chico García, que me ha guiado en este camino y desde el primer momento me ha ayudado a asimilar todo y a vivirlo con madurez y sensatez. A disfrutarlo y a sacarle el máximo provecho tanto a nivel profesional como personal.
La película tiene un potente mensaje feminista y empoderamiento de la mujer. ¿Cómo trabajasteis el guión sin caer en el mansplaining?
Si es verdad que he tenido un asesoramiento muy fuerte, sobre todo en esos temas de la película, ya que todo se lo comentaba a Mimi T. Misas, que es una de las protagonistas de la película y también jefa de producción que está estudiando un Máster en Igualdad y Género en la Universidad de Málaga y todo lo comentaba con ella. Si es verdad que yo quería contar una historia que al ser feminista y tener un lenguaje tan complejo, y más en el momento en el que vivimos, no quería que diese lugar a visiones desde prismas diferentes y que pudieran dar una visión totalmente errónea de la película. Así que es verdad que tuve una ayuda muy grande y se lo agradezco muchísimo, porque creo que hemos hecho un muy buen trabajo
El equipo técnico de Ál Óleo está prácticamente formado por mujeres en la dirección de los diferentes departamentos, algo que es poco común en esta industria. ¿Qué aportan las mujeres en los puestos de dirección?
Realmente no es cuestión de que sean hombres o mujeres, son personas totalmente diferentes. Por ejemplo, Mireya Muñoz, la directora de fotografía, es la antítesis, de María, la directora de arte, que es totalmente diferente a Ana, la script de la película, etc. En el momento no me paré a pensar si eran hombres o mujeres, sino personas que dieron todo su amor y ganas por la película y hemos creado una historia muy bonita.
La película también trata el amor LGTBI rompiendo todo tipo de estereotipos. ¿Era un mensaje intencionado de cara al público masculino o nació de la total naturalidad?
Un poco de las dos. Mi intención en todo momento es salir de todo tipo de etiquetas, porque yo estoy totalmente en contra de etiquetas como heterosexual, bisexual, homosexual. Creo que somos personas y que nos gustan otras personas, y es lo que yo buscaba, aunque sí que es verdad que hemos logrado esa naturalidad que hace que el mensaje que buscamos se logre.
La música de la película también goza de cierta importancia en la película. ¿De qué manera complementa a las diferentes escenas?
La música de la película es algo complejo, porque yo quería que hubiera muy poca música en la película. Yo quería que primaran espacios sonoros de campo, de agua, de noche, de tranquilidad. Y quería que eso llevara al espectador, y no la música la que condujera las emociones, pero sí en momentos concretos la imagen y la música deben ir de la mano porque estamos en un lenguaje totalmente cinematográfico.
Para las canciones hable con Jesús Moya, uno de los protagonistas de la película, José Pastor y Nacho Oña hicimos la banda sonora de la película, que cuando acabe el Festival de Málaga la sacaremos a Spotify y el resto de plataformas porque así el público lo ha pedido.
Actualmente estamos viviendo un momento bastante convulso en lo político y social con respecto a cuestiones como el feminismo o el movimiento LGTBI. Desde tu perspectiva millennial, ¿qué crees que ha ocurrido?
Creo que todos los momentos de la vida y la sociedad tienen una parte de retroceso y lo veo normal, porque es algo que lleva ocurriendo en toda la historia. Lo que sí que creo es que el problema es que apartamos la vista del arte, y considero que el arte es la única forma de ver qué está ocurriendo en la sociedad. Por ejemplo, ¿por qué el trap está en auge?, ¿qué tipo de historias se están contando en el cine?, ¿cómo es la fotografía actualmente? Esto realmente es la forma de decir, ¿por qué se está haciendo así?
Nuestra intención con Al óleo es que la gente vea la película y cuando mantengan conversaciones en las que se defienda lo de “yo no soy ni machista, ni feminista, soy de en medio”, entiendan que en medio no hay nada, que ese páramo no existe. Quizás porque es el lenguaje en el que más cómo me siento, creo que el cine tiene una magia especial y es que llega a los espectadores. Y por supuesto que cualquier película con cualquier mensaje, siempre que sea positivo, o el espectador se lo tome como una opción para avanzar y evolucionar es bueno, ya sea una película con una calidad baja o calidad alta, lo importante y lo que debería primar es la historia.
A partir de ahora, ¿cuál va a ser el recorrido de Ál Óleo?
Nuestra idea es darle la posibilidad de vivir todo lo que pueda. Ya sea en una carrera durante festivales, estrenando en salas comerciales o en cualquier plataforma. Igualmente la película merece ser vista por todo lo que tiene que decir.
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